Cuenta la historia, que en
cierta ocasión, un sabio maestro se dirigía a su auditorio exponiendo valiosas
lecciones sobre el gran poder que tienen las palabras y el influencia que ellas
ejercen en nuestras vidas y en la de las demás personas “Lo que usted dice no
tienen ningún valor y sentido” lo le dijo un joven que se encontraba en el
auditorio, el maestro lo escucho con cierta atención y tan pronto termino la
frase, le grito con una fuerte voz “¡ cállate, estúpido y siéntate idiota!”
Ante el asombro de los presentes el
aludido se llenó de coraje y con furia soltó varias imprecaciones e insultos y
cuando estaba fuera de sí, el maestro alzo su voz y dijo: “Perdone caballero,
le he ofendido y le pido me perdone; acepte mis sinceras disculpas y sepa que
respeto su opinión, aunque estemos en desacuerdo” el señor se calmó y le dijo
al maestro “ Le entiendo y también pido que acepte mis disculpas, acepto que la
diferencia de opiniones no debe servir para pelear sino para mirar otras
opciones
El maestro le sonrió y le dijo
“Perdone usted que haya sido de esta manera”, pero hemos notado todos del modo
más claro el gran poder que tiene las palabras en las personas. Con unas pocas
palabras le exalte y con otras pocas le calme
Tengamos
siempre en cuenta el gran poder que las palabras tienen, detengamosno un
momento antes de arrojarlas y pensemos , si serán para bien, o serán para destruir
“Hay
hombres cuyas palabras son como golpes de espada; Mas la lengua de los sabios
es medicina.”
Proverbios 12:18
Proverbios 12:18