Muchas veces a lo largo de esta vida somos víctimas, de
ataques, ofensas, criticas verbales y hasta insulto de tal grado que muchas
veces nos producen malestar y hasta daño, pero porque razón estos golpes de palabras
nos hacen sufrir en muchos momentos, pues todo radica en el hecho de recibir , en engancharnos en esa situación que nos
produce malestar , si bien es más que cierto no podemos controlar las acciones
de los demás, pero si podemos controlar las propias como reaccionaremos a
determinada situación, que cara poner ante las circunstancias o si dejar que
esta situaciones nos afecten y nos quiten la paz, cada persona tiene la potestad y el derecho de
elegir y aceptar que recibe en su vida y que no, en el sentido de que lo
primero que necesitamos saber es que nadie puede hacernos sentir mal si uno no le deja. Es decir,
que no nos hace sentir mal quien quiere, sino quien puede. Y ese poder se lo damos
nosotros mismos
En cambio elegir cómo queremos sentirnos (tranquila,
indiferente, seguro o lo que sea), independientemente de lo que hagan o digan
los demás, es el mejor regalo que podemos darnos y una fuente inagotable de paz interior.
Una de las cosas que tenemos que tener muy en cuenta es que lo que digan las demás personas sobre
uno no significa que tenga razón. Digan
lo que digan de ti o de uno, es sólo su opinión. No la verdad. Esa persona
tiene derecho a opinar eso, lo mismo que tú tienes o tenemos derecho a
recordarle que él puede opinar eso y tú puedes opinar otra cosa diferente.
Esto me lleva a una hermosa reflexión que leí hace mucho
tiempo que me enseño a ver de mejor manera
la situación sobre no dejarse ofender
o recibir o no tal ofensa
Había una vez un un sabio maestro muy riguroso, y conocido también
por las personas a quien enseñaba como un hombre comprensivo y justo. Al término
de una de sus charlas o enseñanzas un muchacho que le escuchaba se le acerco y de manera agresiva y desafiante
le dijo
Maestro lo que me alegra de haber terminado esto es que no tendré
que escuchar más sus tonterías, y podre descansar de ver esa cara de inútil y
aburrido
Aquel muchacho se quedó
enfrente esperando a que aquel maestro
reaccionara ofendido y descontrolado. El maestro miro al muchacho por un
instante y con tranquilidad le pregunto
_ Cuando alguien te ofrece algo que no quieres ¿tú lo recibes?
El muchacho desconcertado por la pregunta dijo
_Por supuesto que no, repuso de manera aprensiva y fría
_Bueno prosiguió el maestro, Cuando alguien intenta ofenderme,
o me dice algo desagradable, me está ofreciendo algo, en este caso una emoción suya
de rabia y rencor, que yo puedo decidir aceptar o no aceptar
_No entiendo a qué se refiere, replico el muchacho aún más
confundido
_Muy sencillo dijo el maestro, veo que me estas ofreciendo el
regalo de tu rabia y desprecio. Si yo me siento ofendido o me pongo furioso, estaré
aceptando tu regalo. Y yo mi amigo, de verdad prefiero obsequiarme mi propia
serenidad.
Enseguida añadió
_ Tu rabia pasara muchacho, pero no trates de dejarla conmigo
porque no me interesa quedármela, Como no puedo controlar lo que llevas en tu corazón,
de mi depende lo que yo llevo en el mío
Cada día, en cualquier momento, uno puede elegir, las
emociones y los sentimientos que queremos albergar en nuestros corazones.
Aquello que elijamos, lo tendremos con nosotros mismos hasta que decidamos
cambiarlo. Las alternativas que nos da la vida son muy amplias, como para
escoger si queremos vivir con rencor, amargados, con dolor o tener paz
serenidad y felicidad