Todo es
cuestión de darse a alguien o a algo que valga la pena. El que ama es feliz,
aunque el amor muchas veces significa renunciar a sí mismo, y si la ofrenda es grande
mayor será el sacrificio, pero producirá inmensas satisfacciones. Generalmente,
una persona sufre porque se está dando a algo que no es para ella o porque no
se está entregando a lo que debería. Por lo tanto, el mal que hunde es amar lo
que no se debe amar o negar amor a quien se debería amar. Se sufre cuando hay
falta de amor, de entrega y la capacidad de dedicarse a los demás.
¿Me estoy
dando a algo que no es para mí?
Vamos a
suponer que un hombre tenga problemas motores en las manos y trabaje en un
taller mecánico y su labor consista en atornillar las ruedas de los carros, por
más que se dedique y se entregue a su trabajo nunca se sentirá bien o lo hará
de manera perfecta . No llegará a amar lo que está haciendo porque no es para
él, ya que le falta destreza física para realizarlo eficientemente. Esta labor
no le dará satisfacción sino sufrimiento y al sufrir no se ama.
O aquella
que tiene un amante y no quiere que su esposo ni los demás se enteren. En este
caso, el amor y la dedicación se los están dando a quien no debe ser, porque
esa pareja no es para ella y pierde su capacidad de amar y de sacrificarse. Esa
situación la hará sufrir.
Conocí a una
muchacha que se enamoró perdidamente de un señor comprometido, con una hija y
con más de 30 años de edad. Ella aparentaba muchos años, pero en realidad tenía
17. Esta situación, por supuesto trajo como consecuencia la inestabilidad e
incomodidad de su familia, y ella se sentía mal por todo esto.
Cuando te
sientas mal ante lo que sea, y en este caso con una relación, debes
cuestionarte y preguntarte: ¿Me estoy dando lo suficiente a esa relación o esa
pareja no es para mí?
Una forma de
descubrirlo es revisando con honestidad si esa relación en la que estás te
produce mucha tranquilidad o mucha paz. Pero si la misma te produce más
malestar que bienestar es porque no es para ti.
Salir de
este mal es una cuestión de amar, de
saber qué y a quien amar. Pensamos que
el amor es un sentimiento, pues el amor es una decisión.
Salir de
este mal es saber renunciar a tiempo, asumir las consecuencias y seguir
adelante, es saber amarse así mismo antes que a otra persona, es darse cuenta
que si algo nos hace daño o nos hace infelices es mejor hacerse a un lado, es
no dejarse llevar por la ansiedad que nos empuja hacer cosas que no deseamos