En el año 1974, el
famoso boxeador Muhammad Alí, poco antes de enfrentarse al campeón mundial
George Foreman, entrenaba con sus sparring con algo parecido a la desgana
dejando que este lo golpease como a un saco de boxeo, pues en sus últimos años
dedico gran parte de su entrenamiento a aprender a encajar los golpes,
enfocándose en como esquivar y con qué parte del cuerpo encarar para evitar la mayor parte del dolor, el gran
Muhammad se concentró en entrenar su determinación, su mente más que su cuerpo,
encarar y superar el dolor y el cansancio mediante la automotivación, la
visualización y la autoafirmación, ejemplos prácticos de esto son sus
afirmaciones públicas “Soy el mejor” y sus versos insultantes y de guerra psicológica
que también operaban como intenciones disfrazadas, y las repetía con tal
determinación hasta que el mismo las
aceptaba como un hecho.
Igualmente Alí utilizo
la intención para derrotar a Joe Frazier en las Filipinas, creando una especie
de muñeco fetiche que era la representación de Joe, lo llevaba siempre en el
bolsillo de su chaqueta y de vez en cuando le lanzaba uno que otro golpe. La
visualización de Alí no se quedaba atrás pues este se representaba mentalmente
cada momento del combate y de su victoria, cada puñetazo recibido y cada golpe
arrojado, el cansancio, el sudor, el dolor y claro está la victoria final,
cuando Frasier tocara la lona, cuando el réferi levantase su mano y escuchase
los vítores del público. La intención focalizada es considerada esencial para
mejorar o alterar el desempeño, bien sea en el trabajo, en el deporte,
cualquier clase de competencia o en la vida misma, por otro lado el ensayo
mental resulta tan eficiente como la práctica real e incluso posee aprobación
científica, debe distinguirse en este caso lo que es la visualización del
ensayo mental ya que mientras en la primera la persona trata de verse a si
mismo obteniendo lo que desea, en el ensayo mental la persona debe no verse
externamente como en un sueño, una película o una fotografía, sino que debe
estar inmerso en sí mismo, entrenar en su mente de forma específica la
habilidad que quiere mejorar, la música, el deporte, la cocina o el que sea que
sea su objetivo y esto equivale a un examen mental, puesto que el cerebro no
distingue entre hacer algo determinado y “pensar”
en hacerlo, los ensayos mentales resultan buenos como alternativa a la práctica
física, de hecho además de mejorar el desempeño deportivo la intención mental
puede producir cambios fisiológicos verdaderos, en casos extremos de intención
y expectativas también pueden presentarse manifestaciones físicas.
Otro punto importante
en la programación mental de Muhammad Alí consistía en su concentración sobre los momentos más difíciles para poder
desarrollar buenas estrategias, no obstante aunque sus visualizaciones podían
abarcar momentos difíciles, igualmente se centraban en evitar y bloquear las imágenes que representaban
dudas y si una de ellas persistía la eliminaba de la escena. Podemos mejorar
nuestra salud y nuestro desempeño en prácticamente en cualquier aspecto de
nuestras vidas en que nos enfoquemos a través del uso consiente de la intención
al visualizar en nuestras mentes la meta como si ya hubiese pasado mientras nos
encontremos en total hiperconciencia y concentración; cuando imaginemos estos
acontecimientos futuros debemos hacerlo como si fuese algo que ya hubiese
pasado, podemos elevar la calidad de nuestras vidas simplemente visualizando y
realizando ensayos mentales, enviando buenas intenciones a nuestros familiares
y amigos, concentrando nuestra intención en recuperarnos de una enfermedad,
ascender en el trabajo, mejorar en el deporte, obtener más ingresos, mejorar
las calificaciones o en general, cualquier meta que nos propongamos.